martes, noviembre 28, 2006


Como puede surgir la poesía en este instante...-¿cómo hacer que vuelvas?-, mis pensamientos retornan cada vez más oscuros al epicentro de la locura...de mis labios marchitos...de mis borracheras en tu nombre, de mis momentos más tristes y solos...de esta historia sin fin, mmm...gracias a dios sin fin. A dónde van mis pasos-¿ cómo te explico que solo quiero verte feliz?- , dónde termina y comienza todo. En que rincón de este sueño de Macondo se perdió la capacidad de soñar...yo quiero volver...(aunque suene cursi ), yo quiero volver a amar. -¿ son recuerdos...? a estas alturas cuesta creer que son recuerdos, yo cada día los vivo.- se escapa la magia de mis mejores años en la vorágine de una espera que no tiene destinatario, en este tango marchito...-¡ cómo mierda te explico!- la imagen es la siguiente:

Un hombre apoyado en la barra de un bar
( sus ojos al verte ya no lloran de tanto llorar)
sin futuro ni pasado, un hombre que tuvo que tener madre...
( sus ojos al verte ya no brillan de tanto llorar)
un hombre que tuvo que tener sueños...
(sus labios se pierden en el siguiente trago)
un hombre que sin duda...
(cae una lágrima al baso)
tuvo que amar.

Alguien se acerca, lo toma de un brazo...
( amigos nunca han de faltar)
basta de pasado...basta de llanto
( tú no sabes lo que es verlo llorar...)
basta de pasado...basta de llanto
( tú crees que lo has visto llorar)
basta de pasado...se termina el tango.
(tú...tú no sabes lo que es amar....)

Un hombre apoyado en la barra de un bar
( 19 días y 500 noches...tanto la quería....)
sin pasado ni futuro, un hombre que tuvo que tener padre
( ¿que andarás haciendo ahora? )
un hombre que tuvo que tener sueños
(y no hables más muchacha...corazón de..)
un hombre que sin duda
( tiza...)
tuvo que pronunciar un te quiero.


No sé si me di a entender señorita......
No sé ......no sé si me explico.
I. Leyton....

miércoles, noviembre 22, 2006


Esta noche una mujer llora por mí...
Podría ser que no,
Pero prefiero pensar que sí.
Sus lágrimas dibujan este poema,
Sus sollozos son el sonido
Que navega por la sinfonía
De mi existencia.
Sus caderas claman por mis hijos,
Su piel envejece,
Su flor se consume,
Y yo simplemente sigo mi camino.
Quizás en este instante esté preparando la mesa;
Dos copas, algo de queso,
Una botella de vino,
Buena música y un vestido negro
Que se fusiona con su pasión y su piel...
Con su esencia de mujer,
Con este amor roído.
El vino se entibia entre sus manos,
Ella espera por mí.
La puerta se corrompe con su mirada,
Con su ira...con su fulgor,
Sus ojos traspasan la materia
Arrullando mi llegada,
Sus ojos danzan con los míos
A kilómetros de distancia.
Una dulce doncella espera esta noche por mí,
Ya planea en que momento
Tomará mi brazo...
Con que canción me besará
Y mientras piensa esto coloca con su voz
Un te quiero en mis labios...
Labios que en el fondo sabe no volverán.
Mientras escribo esto una muchacha,
Una joven de voz quebradiza y piel blanca
Llora por mí,
Podría ser que no...
Pero prefiero pensar que sí.


Ignacio Leyton ...

PD: Perdón por la demora....viejos fantasmas del pasado me tenían un poco lejos de esta exquisita dogra que es la poesía, bueno...nunca es tarde para soñar, ¿ o es que acaso ya perdimos la capacidad de soñar?

miércoles, noviembre 01, 2006



El sopor del vino me hace dudar, detengo mi mirada en mi compañera...la encuentro más linda de lo habitual, mala señal, he bebido demasiado. Mucha gente, muchos amigos, pero el sentimiento de soledad sigue aquí. ¿qué sucede?, ¿ porqué no siento a esta gente cercana?. Dan ganas de partir con la botella a recorrer la ciudad de noche y sentarse a charlar con el primer ser humano que me pida un trago, ganas de dejarse llevar, como antaño, por el azar. – " señoritas, están más bellas que nunca"- pienso mientras levanto la botella y las estrellas con todo su esplendor me golpean la conciencia. No sé como, pero estoy afuera acompañado de un par de amigos...creo que hablamos de nuestros padres ( si mi viejo me viera), vuelvo a empinar la botella...pienso en ti, la ciudad es grande y el frío también, hay una banquita cerca de donde me encuentro y una señorita pasa y me sonríe...siento el deseo de tomarla por la cintura y besarla, traer en sus labios tu presencia, traer en su aliento tu alma. Recuerdo como te decía todo lo que te amaba en una banquita muy similar, como te confesaba mi terror a perderte, mis ganas de que seas la última cara que se lleven mis ojos al morir, mi ganas de nada excepto de ti...recuerdo como te decía todo eso sin emitir una sola palabra...que estúpido. Sigue la noche su marcha y sigue mi cabeza la ruta del delirio, recuerdo un poema que aún da vueltas en mi mente y que no leí hace mucho, recuerdo ese sentimiento en el pecho al ver tantas hadas juntas ...ja! creo que yo también necesito una carretita . Pienso en mi familia, en mi vieja cansada de estar tan vieja...en mi hermano cumpliendo un sueño...en mi "dotario" y su ángel tan especial, en el nico y sus fierros...en mi sobrina y su linda amiguita ( lástima que sea menor de edad, aunque la edad siempre me a importado pico), en mis amigos ( que estará haciendo gitano)...en fin, en todo lo vivido. Abro los brazos, voy llegando a ti, se abre el cielo y el cosmos surge como una amalgama perfecta entre silencio y poesía,
Esa luz me llena,
Siento la piel de la cordillera en mi tacto,
Recuerdo ciertos besos que me sacaron de la agonía
Una noche de verano...
Recuerdo el dolor de su partida...
Se me enredan las historias de mis amores en las manos...
Pierdo el camino entre tu ombligo y mis labios...
Siento el furor de tus ojos absorbiendo toda mi atención...
Yo tocándote estupefacto...
Yo tocándote, invadiendo tu virginidad,
Sin merecer siquiera un poco de tu cariño
( creo que comienzas a sospechar que no te amo).
Esa luz me llena,
Viajo por toda la pasión que pones en tus poros...
Tu intentas encontrarme...
Yo escapo.
¿Dónde me encuentro?
Tu me buscas...yo escapo.
Sigo aumentando las historias de esta noche,
La poesía me escupe en la cara
Y yo le sigo coqueteando.
Se viene el alba,
Pasos asustados...
Retazos de amores huidizos
Colorean al padre en su llegada,
Como mariachis ebrios
Sorprendidos del resultado de sus cantos.
Esa luz me llena,
Somos dos desconocidos en medio de la ciudad,
En medio de la noche,
A mitad de nuestras vidas,
Somos dos verdaderos desconocidos
Que después de cruzar un par de miradas,
Que después de ser azotados por un recuerdo
Se devoran con impaciencia de cariño
La boca, el alma, la carne...
Esa luz me llena,
No creo volver a verte
Ni quiero volver a verte.
Esa luz me llena,
Toco tus lágrimas...
Las seco con mis manos,
Retomo mi camino y queda una desconocida
Sollozando en un banco.
I. Leyton....